El arte de vivir a la francesa
Los franceses cultivan la pasión por el arte de vivir. Les encanta cultivarse, comer en un restaurante, ir de tiendas y visitar museos. Francia es un país de fiesta, de convivencia y de intercambio que hay que disfrutar.
Los placeres de la mesa francesa
En Francia, el arte de vivir es, sobre todo, el arte de la buena mesa. Declarada patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, la gastronomía francesa debe su reconocimiento a los numerosos chefs que han sabido exportar sus conocimientos al extranjero. Pastelería, bollería, recetas tradicionales, vinos excepcionales y curiosidades culinarias: cada región posee sus propias especialidades. No dudes en descubrirlas para sorprender a tu paladar.
Francia, país de la elegancia
Francia es un escaparate mundial de la alta costura y del prêt-à-porter. A los franceses les encanta vestir bien y son los reyes de las compras. Nunca faltan ocasiones para ver escaparates mientras se pasea por las ciudades francesas. Boutiques de diseñadores, tiendas de segunda mano, grandes almacenes y marcas internacionales: hay algo para todos los gustos y para todos los bolsillos.
La cultura en todas sus formas
A los franceses les encanta ver exposiciones, ir a conciertos, frecuentar los teatros y sumergirse en las salas oscuras de los cines. La oferta cultural francesa es muy rica. Al llegar el verano, los festivales se multiplican por todo el país: un medio ideal de descubrir la cultura y la convivencia a la francesa. Las creaciones culturales francesas (películas, obras de teatro, pinturas, etc.) constituyen también un escaparate de este célebre arte de vivir.
El arte de celebrarlo todo
Para los franceses, el arte de vivir es sobre todo el arte de la celebración. Cualquier ocasión es buena para salir. Por ejemplo, la fiesta nacional, el 14 de julio, en que se celebran los tradicionales bailes de bomberos. Antes de eso, en junio, la fiesta de la música y sus conciertos alegran las calles. Descubre también las ferias del sudoeste de Francia o las veladas del Beaujolais nouveau o de la Nuit blanche: cualquier disculpa es buena para reunirse y pasar un buen rato.